Los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) son la ruta de viaje trazada por la Asamblea General de las Naciones Unidas para el diseño de un futuro que sea mejor para todas las personas en el mundo. Son metas globales, interconectadas entre ellas, que marcan lo que se conoce como Agenda 2030. Se trata de la espina dorsal detrás de las políticas públicas a nivel mundial, en las que la iniciativa privada también tiene mucho que aportar.
“Los ODS han representado un esfuerzo internacional por alinear todas las esferas de la vida humana con miras a crear un futuro mejor. La industria financiera no es, ni puede ser, ajena a estas lógicas. Por el contrario, desde este sector se deben hacer esfuerzos notables para poner fin a la pobreza, generar trabajo decente y crecimiento económico, contribuir a la reducción de brechas de desigualdades, aportar innovación tecnológica y alcanzar una igualdad de género”, comenta Nick Grassi, Co-CEO de Finerio Connect.
La aparición de modelos disruptivos del sector financiero (particularmente desde las fintech) ha permitido que se encuentren soluciones novedosas, a través de la incorporación de modelos tecnológicos como el Open Banking (banca abierta), a problemas históricos de poblaciones no bancarizadas, muchos de ellos en sintonía precisamente con los ODS y la construcción de sociedades impulsadas por un desarrollo sostenible.
De acuerdo con el Radar Fintech e Incumbentes 2021 de Finnovista, “Latinoamérica es uno de los mercados fintech más atractivos a nivel mundial para los emprendedores que buscan crear productos digitales que den solución a los problemas más urgentes que enfrentan las personas y empresas”.
En México, la banca tradicional concentra cerca del 60% del mercado, lo que da cuenta de la oportunidad de incidencia para las fintech. Finnovista señala que el 15% del mercado de las fintech mexicanas son personas no bancarizadas y un 9% PyMEs no bancarizadas, esto indica que la disrupción está impactando a sectores históricamente olvidados por las instituciones tradicionales.
El mismo estudio también detalla que las tecnologías fintech más usadas en América Latina y EL Caribe son: finanzas abiertas y APIS (64%), cómputo en la nube (53%) y big data y analytics (50%).
Crecimiento y resiliencia para el desarrollo sostenible
En ese sentido, el Open Banking ha impulsado el desarrollo de la industria financiera a lo largo de los últimos años. Su modelo propone construir redes de interfaces de programación de aplicaciones (APIs) entre instituciones para que haya un flujo enorme y transparente de datos (agregados y transaccionales) para el mejor diseño de productos y servicios, así como un mayor entendimiento de la oferta por parte de usuarios.
Los beneficios de la banca abierta han creado un escenario de alta competencia que permite a las fintech ofrecer opciones financieras que cubran las necesidades específicas de los usuarios, es decir, productos y servicios que sirvan como herramientas para mejorar su gestión financiera, mejorar su capacidad de compra y con ello su calidad de vida.
Según Finnovista, en México, los servicios fintech contribuyen a la inclusión financiera, ya que:
- Ayudan a identificar y acceder a productos financieros más adecuados (56%)
- Facilitan el acceso a productos financieros, a través de innovación en calificación crediticia y requisitos de validación de identidad (50%)
- Reducen el costo de los servicios financieros para la población (49%)
- Incitan activamente a ahorrar y planificar para lo inesperado (38%)
- Mejoran el entendimiento y gestión del crédito (28%)
- Administran el dinero y rastrean las transacciones financieras diarias de forma confiable (26%)
La inclusión es clave
De acuerdo a datos de la más reciente Encuesta Nacional de Inclusión Financiera (ENIF 2021), mientras que la inclusión financiera en México ha avanzado en el último trienio en términos de población general, ha habido retrocesos de hasta 3.3 puntos porcentuales en la materia para el sexo femenino. Esto se explica en buena medida porque las instituciones financieras tradicionales han excluido históricamente a algunos sectores de la población.
“Las fintech se han vuelto una opción más accesible para la inclusión financiera de sectores vulnerables y el Open Banking ha desempeñado un papel preponderante en ello. Al democratizar la información financiera del mercado, empresas disruptivas pueden atender fallas del sector para ofrecer productos ideados y perfeccionados para poblaciones que han quedado excluidas de la industria formal”, comenta el Co-CEO de Finerio Connect.
La inclusión de poblaciones vulnerables al sector financiero será clave para mitigar desigualdades, para reducir la pobreza global e incluso para acortar la brecha de género. Todo esto mediante el uso y aporte de innovación tecnológica y el crecimiento económico de regiones. En ese sentido, el Open Banking puede contribuir al desarrollo sostenible y a la consecución de las ODS para 2030.