De acuerdo con el Radar Fintech e Incumbentes 2021 de Finnovista, México cerró 2021 con 512 empresas fintech en su territorio; esta cifra implicó un crecimiento de 16% en relación con el año anterior. Paralelamente, esto significa que se sitúa en segundo lugar de la región latinoamericana, sólo después de Brasil, tanto en términos de volumen como en cuanto a la tasa anual de expansión de la industria.
“El sector fintech ha crecido enormemente a lo largo de la última década. De igual manera, durante los primeros años de la pandemia se consolidó como una industria importante para el ecosistema financiero, en la medida en la que sus productos (de una gran flexibilidad y dinamismo) ayudaron a literalmente millones de personas a superar algunos de los obstáculos que implicaron la emergencia sanitaria”, explica Nick Grassi, Co-CEO de Finerio Connect.
Sin embargo, de cara a un periodo de crecimiento y complejidad económica distintos, las fintech ahora enfrentan el reto de ofrecer nuevos productos a sus usuarios.
Apenas en agosto, los niveles de inflación en México han alcanzado una tasa anual de 8.62%, mientras que en Estados Unidos ronda el 8.5%; ambos números se acercan bastante a los de todo el continente e incluso con lo que se observa en Europa actualmente. Este contexto tiene al mundo entero al borde de una posible recesión, lo que implica que la industria fintech deberá dar pasos sólidos de cara a su crecimiento en medio de una coyuntura difícil.
Diversificación con innovación en las fintech
“El sector fintech enfrenta desafíos enormes actualmente. En América Latina hacen falta leyes secundarias a los marcos normativos actuales; asimismo, las empresas más pequeñas de la industria comienzan a tener problemas para obtener capital de riesgo por la alta inflación. Pero se trata de un ecosistema que ha sabido perfeccionar productos específicos, que atienden necesidades especiales de clientes; para continuar con su evolución, tendrán que comenzar a desarrollar nuevos productos, derivados de los originales, pero con ciertos ajustes”, comenta Grassi.
Lo sugerente de la industria fintech es que al interior de sus desarrollos tecnológicos se han creado las herramientas necesarias para continuar con esta evolución de cara a nuevos desafíos. El modelo de Open Banking, por ejemplo, permite que el sector completo pueda compartir datos transaccionales y agregados de los clientes.
En tiempo real, incluso, mediante interfaces de programación de aplicaciones (APIs), optimizando procesos y costos, incluso pudiendo perfilar productos muy puntuales a demografías específicas.
“Al final del día, lo que ha hecho la revolución fintech es extender las fronteras de posibilidades de las instituciones financieras individuales, de la industria en su conjunto y de los clientes que hacen uso de ella. Los desarrollos tecnológicos del sector se convierten en catapultas habilitadoras de innovación que benefician a los usuarios y a la economía de las regiones”, concluye el Co-CEO de Finerio Connect.