El ecosistema tecnológico crece para ofrecer mejores opciones de servicios y productos. Proptech, insurtech, femtech, legaltech y madtech son sólo un ejemplo del universo por descubrir.
De acuerdo a las más recientes estimaciones de The Brainy Insights, se proyecta que el tamaño del mercado fintech será de 936,000 millones de dólares anuales para 2030; esto contrasta con la cifra al cierre de 2021, que se situó en 115,000 millones de dólares, lo que implicaría una tasa de crecimiento anual compuesto por encima del 25% en los próximos ocho años.
“El crecimiento de la industria no es fortuito. El sector financiero, impulsado por modelos innovadores de tecnología, se ha diversificado de tal manera que puede atender problemáticas específicas de la población. Cada vez aparecen más variantes de fintech, mucho más especializadas, que modifican sus productos y servicios de manera ampliamente focalizada, sobre todo en la medida que pueden hacer uso de la información, tanto transaccional como agregada, del ecosistema en su conjunto, incluyendo a usuarios e instituciones”, explica Nick Grassi, Co-CEO de Finerio Connect.
A lo largo de los últimos años han aparecido empresas (y subsectores) que se enfocan en la aplicación específica de tecnologías de la información para el desarrollo de una oferta que requiere impulso y agilidad.
De proptech a insurtech y muchas más
Desde las proptech, que se dedican a la reducción de procesos y dinamización de burocracia para la adquisición de bienes raíces, hasta las insurtech que han hecho lo propio en temas de seguros y fianzas, el ecosistema es vibrante, incluyendo femtech (que atiende a la población femenina), legaltech (con miras a la optimización de la esfera jurídica) y madtech (especializada en marketing y publicidad eficiente), son sólo algunos ejemplos de un ecosistema en constante desarrollo y expansión.
“Parecen variaciones del mismo tema, pero en realidad la diversificación tiene que ver más bien con el uso audaz de tecnologías habilitadoras, que viene de modelos disruptivos como el del Open Banking. En la medida que se implementan interfaces de programación de aplicaciones para la distribución de datos financieros entre usuarios e instituciones, se abren las posibilidades para el desarrollo de productos híperfocalizados y, por lo mismo, de una eficacia inigualable”, comenta Grassi.
En ese sentido, el Open Banking se convierte en un agente diversificador y una tecnología catalizadora para las fintech al tender puentes entre sus servicios y la demanda específica de usuarios.
Más inclusión financiera
Según registros del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), menos del 50% de la población mexicana tiene una cuenta de banco tradicional; asimismo, en promedio 65% de los mexicanos hace uso de algún producto financiero formal.
“En países como México, y la gran mayoría de América Latina, hay una muy baja inclusión financiera. Y ni se diga de población bancarizada. Las fintech y las distintos subsectores que se han desarrollado en los últimos años, de la mano de la banca abierta y el uso transparente de información financiera, ayuda a que este tipo de servicios se acerquen a más demografías, en la medida que atienden verdaderamente sus necesidades”, concluye el Co-CEO de Finerio Connect.