De acuerdo a cifras de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), los niveles de crecimiento en América Latina, en promedio, son comparables con los de la década de los 80, con apenas un 2% anual, algo a lo que se suman bajos niveles de inversión, tanto en el sector financiero en desarrollo como en el más consolidado, por ello es importante generar un ADN financiero en todas las industrias.
Algo similar ha sucedido en Estados Unidos, donde los incrementos de precios en el primer semestre del año podrían superar el 13%, y nada más en junio se observaron niveles de inflación superiores a 9.1%.
“El año ha sido difícil. Y aunque todo parece estar más tranquilo, el fantasma de la recesión no termina de sacudirse; particularmente, en la medida que las tasas de interés en la región siguen muy altas. Los mercados, desde los bursátiles hasta los más cotidianos, se encuentran ralentizados y tal vez hasta paralizados”, explica Nick Grassi, Co-CEO de Finerio Connect.
Añade que esta condición de menos dinero en los sistemas económicos seguirá hasta los primeros meses de 2023 y el ecosistema financiero tendrá que prepararse adecuadamente para sobrevivir otra temporada económicamente compleja. “Para ello, se necesita una industria más resiliente; a su vez, es fundamental que cada institución entienda a la perfección su ADN financiero para potenciar sus capacidades”.
Analizar, comprender, ejecutar
Según una serie de encuestas mundiales realizadas por Mckinsey & Company, alrededor de 67% de las empresas que emprenden un proceso de planeación estratégica fracasa. En buena medida esas implementaciones se realizan sin considerar el contexto, o en su defecto ven sólo estrategias a corto plazo, por otro lado también suelen dejar de lado las ventajas y desventajas específicas de la compañía frente a su competencia.
“La prospectiva industrial termina en fracaso desde antes de su implementación cuando no se estudia el ADN de una empresa y, más importante aún, la complejidad del mercado en el que se desempeña. Lo mismo pasa con el sector financiero. Las instituciones del ecosistema debe analizar a fondo sus ventajas y desventajas y su composición para comprender a la perfección los productos y servicios de su oferta; especialmente, para poder ejecutar estrategias que atiendan las necesidades de los usuarios finales, que al final del día son quienes más importan en la industria”, agrega Grassi.
ADN financiero: más allá de la supervivencia
Los retos que vienen con 2023 serán grandes y variados. Sin embargo, la industria financiera se verá mejor preparada en la medida que entiendan su ADN financiero y las necesidades de sus clientes objetivos. Con ello en mente, se pueden perfilar mejores planes estratégicos de cara a tiempos difíciles y, sobre todo, inciertos.
“En el fondo, lo más importante es dejar atrás el discurso apocalíptico y entender que la industria financiera en su conjunto no sólo sobrevivirá, sino que podría crecer en medio de dificultades. Pero la base es indispensable. Si no se comprende a la perfección el ADN financiero de una institución, será imposible ejecutar adecuadamente en momentos de incertidumbre y crisis. Para ello, serán necesarias paciencia, inteligencia y, sobre todo, resiliencia”, concluye el Co-CEO de Finerio Connect.
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