Un amplio sector de las personas en México no cuentan con conocimientos financieros básicos, lo cual impacta la administración de sus finanzas personales y, por tanto, su calidad de vida. De acuerdo a la Encuesta Nacional de Inclusión Financiera (ENIF) 2018 del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), solamente 25% de la población adulta cuenta con algún tipo de educación financiera formal.
Educación financiera en contraste
El dato contrasta con los porcentajes observados en países europeos. De acuerdo con el reporte Standard & Poor’s Global Financial Literacy Survey, el mismo indicador en países escandinavos es de 71%; mientras que en Europa continental oscila entre 31% y 65%. En este sentido, el estudio El impacto de las fintech en la educación financiera, elaborado por Trendsity, señala que México fue el país peor evaluado en este indicador en comparación con Brasil, Chile, Argentina y Colombia.
“La educación financiera trae consigo el potencial de hacer que un país alcance, o no, sus fronteras óptimas de posibilidades, tanto de producción como de inversión. Al final del día, la forma en que una población decide cómo asignar sus recursos repercute en sus objetivos a largo plazo. No se puede ahorrar o invertir sin una administración clara y sólida, cuando se tiene que vivir al día o cuando no se cuentan con herramientas de apoyo para una planeación financiera funcional”
Nick Grassi, Co-CEO de Finerio Connect
Según registros de la misma ENIF, sólo 40% de los mexicanos registran adecuadamente sus ingresos y gastos, con un presupuesto claro, pensado tanto para el futuro inmediato como para el largo plazo. La incursión del Open Banking en México y a nivel mundial ofrece posibilidades interesantes para impulsar la educación financiera.
Más información se traduce en mejores decisiones
El modelo de Open Banking, o banca abierta, busca la articulación digital de redes de información pública de entidades financieras—a nivel de transacciones y de forma agregada—para que pueda ser compartida con el fin de empoderar al usuario. Según cifras del estudio Open Banking en México: diagnóstico y tendencias, elaborado por Finerio Connect, el 68% de los ejecutivos consultados consideraron que el Open Banking impulsará la personalización de productos y servicios para el cliente y el 72% cree que fomentará el desarrollo de mejores servicios digitales.
“El Open Banking puede impulsar la educación financiera en México a través de la democratización de la banca e inclusión a servicios integrados. Este modelo permite que los usuarios puedan concentrar en un solo sistema toda su información financiera: sus cuentas bancarias, ahorros, tarjetas de crédito, créditos hipotecarios y de otros tipos, aunque estos no sean de la misma entidad financiera”.
Nick Grassi
Esto permite que los clientes puedan conocer su situación financiera con mayor transparencia y detalle y que, con base en esta información, puedan tomar mejores decisiones. La banca abierta brinda la posibilidad de que los usuarios finales reciban recomendaciones para liquidar sus deudas de una manera más transparente, consigan mayores rendimientos en sus inversiones o ahorros y conozcan cómo pagar menos comisiones en productos y servicios financieros.
El primer paso para generar una mayor educación financiera es la inclusión. En este sentido, la apertura de información del Open Banking presenta una oportunidad ideal para que esto se logre por medio de la creación de productos y servicios para poblaciones históricamente ignoradas por la banca tradicional, además de una transición tecnológica impulsada también por la banca abierta.
“En la medida que el Open Banking, a través de sistemas de Open Data y Open Finance, abra el abanico de posibilidades para instituciones financieras y usuarios, los flujos de información podrán permitir que cualquier persona tome la mejor decisión a su alcance para el uso y crecimiento de su dinero. La banca abierta busca empoderar a los usuarios y ayudarlos a navegar a través del sistema financiero con base en el conocimiento y la apertura”.
Nick Grassi